Si tuviésemos que indicar una cualidad común en todos los felinos, ya sean domésticos o salvajes, seguramente, cualquier persona pensaría en su elegancia; ese porte distinguido y distante, esa aura de respeto que hace que su presencia no pase desapercibida. Pero si lo reflexionásemos un poco más, tendríamos que reconocer que lo que nos llama realmente la atención es el manto natural de pelo que cubre su cuerpo y que los hace únicos. En la naturaleza hay tal cantidad de variedades, colores, matices y combinaciones, que cada felino adquiere la personalidad que le confiere su pelaje.

El gato no es sólo un felino más, es el que mejor se ha adaptado a la convivencia con los humanos. Su atractivo pelaje ha despertado siempre en los humanos sentimientos de ternura cuando son cachorros y atracción por su belleza adulta. No obstante, no hay que pensar que el pelo sólo cumple una misión estética en el gato – en absoluto -. El pelo de su cuerpo destaca por ser útil y multifuncional, destacando:

Para la mayoría de los gatos, el aseo es la primera actividad en su lista diaria. Los gatos son animales muy limpios y ellos mismos son responsables de su higiene. De manera que cuando veamos que el pelo de nuestro gato pierde brillo o está sucio, deberemos pensar que algo no va bien. Recomendamos revisar su alimentación para asegurar que le estamos aportando los minerales y las vitaminas necesarios. La edad avanzada y el sobrepeso pueden dificultar el acceso a partes de su cuerpo, dejándolas sin acicalar. O incluso, deberemos valorar si lo estamos bañando con demasiada frecuencia, y de esta forma estamos debilitando su pelaje.

Lo que no nos debe asustar es la muda del pelo. Es un proceso natural que tiene lugar principalmente en primavera y otoño, cuando su metabolismo se prepara para afrontar los cambios climáticos significativos de verano e invierno. Con la muda, tu gato consigue un pelo más adecuado para soportar las altas o las bajas temperaturas de cada estación. En el caso de los gatos domésticos, con poca actividad exterior, como tienen mayor estabilidad de las condiciones climáticas y la luminosidad es uniforme y artificial, hacen que la cantidad de pelo que pierda nuestro peludo sea menor y la muda se mantenga más estable a lo largo de todo el año.

La combinación de la muda natural y la higiene rigurosa que él mismo se aplica, puede hacer que dos terceras partes del pelo muerto acaben ingeridas por nuestro gato y originen las temidas bolas de pelo en su aparato digestivo. Los mejores consejos para prevenirlo son mantener una dieta alta en fibra que limite la acumulación de pelo en el intestino, fomentar la actividad física para estimular la digestión y eliminación del pelo, y un cepillado diario de su pelaje con utensilios especializados, que además nos brindará un rato de cariño y conexión con nuestra mascota.

Si a pesar de todo, los problemas digestivos persisten o tienes cualquier duda respecto al estado de salud de tu peludo, acude a tu veterinario para que le prescriba algún pienso especial para la muda o un laxante que favorezca la evacuación del pelo ingerido.